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November 5, 2021
La fundición en cualquiera de sus variantes, como el vaciado en moldes de arena, o el proceso de cera perdida, es una técnica muy antigua validada a lo largo de siglos y de gran utilidad para la fabricación de piezas metálicas en tamaños que pueden ir desde los pocos centímetros, hasta partes gigantes de varios metros, como componentes para máquinas industriales, barcos, turbinas, esculturas, entre otros.
La naturaleza del proceso, que implica el manejo de altas temperaturas para llevar los metales al punto de fusión, los complejos sistemas de levantamiento necesarios para manipular los enormes pesos y la volumetría de las piezas metálicas, dificultan mucho la externalización de servicios por lo que cualquier innovación tecnológica debe ser absorbida y realizada dentro de la empresa.
Una de las innovaciones que las empresas de fundición han comenzado a incorporar es la impresión 3D de escritorio, que les ayuda a optimizar los tiempos de diseño y desarrollo de los moldes mediante la fabricación y validación de prototipos a escala. Recientemente, el avance de la tecnología ha permitido desarrollar impresoras 3D de gran formato, como las Big-T de Trideo, capaces de fabricar modelos con dimensiones de hasta 1000mm x 1000mm x 1000mm en una sola corrida y en cuestión de horas.
El proceso de fundición tiene muchas variantes, pero cualquiera de ellas tiene en común la necesidad de fabricar un modelo maestro, que tradicionalmente es realizado por un artesano utilizando materiales como madera, aluminio, poliestireno, resinas; requiriendo de largos tiempos de desarrollo, una enorme dependencia del operario y una alta exposición a errores de interpretación de planos y errores técnicos durante la fabricación y post-procesado artesanal que en el negocio de la fundición está asociado a enormes costos económicos.
Sustituir los modelos físicos por modelos diseñados con software CAD 3D y transferir el know-how del proceso de fundición a su versión digital, es un cambio de filosofía que toma tiempo dentro de este tipo de empresas tradicionales.
Sin embargo, la ventaja de poder hacer rediseños, derivaciones y mejoras continuas a los modelos digitales; de poder almacenar cientos de ellos sin requerir espacio físico y de poder garantizar la precisión dimensional y la repetibilidad cada vez, justifica con creces el cambio.
El desarrollo de materiales de impresión 3D para el sector fundición ha crecido mucho los últimos años, al punto que hoy tenemos disponibles materiales con diferentes características de fluidez y temperaturas de fusión que permiten adaptar su uso a distintos procesos. Un ejemplo son los materiales diseñados para el proceso de cera perdida, que permiten que los modelos puedan ser fundidos y retirados del molde sin dejar residuos en la cavidad, en aquellos casos donde por la naturaleza de la pieza sea imposible realizar el desmolde. (Ver Fig. 2)
Existen empresas de fundición que ya han hecho algunos avances hacia la manufactura digital con la impresión 3D de escritorio, que les permite producir modelos pequeños/medianos, o crear piezas encastrables para generar modelos más grandes, pero asumiendo gran cantidad de variables de falla relacionadas con tolerancias de ajuste, problemas dimensionales por contracciones térmicas, entre otras que se pueden resolver con el uso de impresoras 3D de gran formato. Otras tecnologías sustitutas como el mecanizado o ruteado CNC, al ser una tecnología de arranque de viruta, genera una gran cantidad de desperdicio que eleva los costos, al tiempo que no es capaz de fabricar formas complejas como las que se logran el espectro de la impresión 3D, donde la complejidad adicional es gratis.
Los principales retos técnicos de la impresión 3D de gran tamaño son la velocidad de extrusión y el incremento de la confiabilidad de la máquina. La gama de impresoras 3D Big-T de Trideo por ejemplo, portan un extrusor de alto flujo que permite depositar hasta 8 veces más material que las máquinas de escritorio, disminuyendo radicalmente los tiempos de fabricación de piezas gigantes y permitiendo a las empresas tener ritmos de producción competitivos. Respecto a la fiabilidad de las máquinas, el uso de novedosos sensores, funciones electrónicas y software controlan permanentemente el funcionamiento de los equipos y garantizan una mínima tasa de fallas. Además una máquina de impresión 3D como la Big-T puede fabricar en simultáneo series cortas de piezas pequeñas, distribuyéndolas sobre cada rincón desu superficie de 1m x 1m.
Otra de las grandes ventajas de la impresión 3D de gran formato es que, una vez depurados los archivos digitales, las modificaciones y afinamientos al molde impreso deberían ser mínimas, y la replicabilidad y precisión dimensional de la pieza estarían garantizadas, eliminando la variabilidad en el proceso y estandarizando la calidad del producto final.
Otro ítem importante de costos es el post-procesamiento del modelo que en muchos casos puede demandar una enorme cantidad de tiempo, y que en el caso de las tecnologías de control numérico como el CNC o la impresión 3D son mucho menos necesarias. En el caso de la impresión 3D, por ejemplo, el apilamiento de las capas en la dirección vertical genera una rugosidad característica en las caras laterales que puede ser eliminada con la aplicación de productos como masillas, primer o resinas.
La impresión 3D de gran formato en el sector fundición es un reto que contrasta con la inercia de años de tradición y know-how. Sin embargo, los irrefutables beneficios que ofrece tanto desde lo técnico, como desde lo económico, han abierto el camino de la manufactura digital de gran tamaño en el sector:
En empresas que ya comenzaron su transformación introduciendo impresoras 3D de escritorio, máquinas como la Big-T de Trideo con su enorme volumen de trabajo permiten desbloquear nuevos niveles que antes no eran posibles, e incluso que no eran rentables debido al tiempo consumido en el ensamble de múltiples partes de un mismo modelo.